lunes, 22 de febrero de 2010

Corre por una Sonrisa: 21-02-2010 (Con barro hasta las cejas)


Pese a que el día anterior había sido estupendo, el domingo se levantó lloviendo. El típico día para, que si no te has apuntado a alguna carrera, quedarte en la cama durmiendo tranquilamente. Pero claro, ya que te has apuntado, hay que ir. ¡Qué menos! Y sobre todo, cuando uno ha convencido a su prima para que ir disfrazados: ¡ella de Batwoman y yo de Joker!

Llegamos al recinto ferial de Tres Cantos como una hora antes de la carrera. Íbamos con tiempo por eso de que no sabíamos donde estaba el Parque Central en donde se iba a celebrar ésta. Cogimos los dorsales y chips y a esperar.


Como un cuarto de hora antes del comienzo, ya salimos del coche. Más que lluvia, caía el típico "calabobos" de esos que parece que no moja, y al cabo de diez minutos estás chorreando. Nos hicieron la presentación con micrófono y todo (qué corte, menos mal que no nos conocía nadie... o casi nadie), y nada a la línea de salida. María se encontró con unos amigos, charlamos un poquillo, comentamos el resto de disfraces de la gente: unos iban de Drácula, otros de los Increibles, otro de preso, una chica de perrito, ... Y ¡arranca la prueba!


Nada más salir, una buena cuesta para que vayas entrando en calor. Al llegar a arriba, a la pobre María le da flato... si es que eso de tomar levadura de cerveza antes de una carrera no debe ser nada sano. Pero bueno, ahí siguió como una jabata aguantando cuesta arriba, cuesta abajo, escaleras, barrizales... Al cabo de un kilómetro empiezan ya los obstáculos (no recuerdo el orden exacto de los mismos):


- Pasar unas ruedas de coche puestas en el suelo,
- Subir un terraplén ayudándote de unas cuerdas,
- Saltar por unos contenedores (creo que eran ocho), entrando y saliendo de los mismos,
- Pasar por unos tubos a gatas o reptando, como si fueran un túnel,
- Pasar reptando por debajo de unos alambres,
- Pasar a través de unas cuerdas trenzadas entre los árboles, como si fueran una tela de araña,
- Saltar unas vallas de distintas alturas,
- Cruzar el lago, supuestamente por encima de las barcas que había en el embarcadero: aquí nos rajamos y cruzamos por el agua, que nos llegaba a las rodillas y estaba congelada.

Y ya, llegando a la meta:

-Saltar por encima de un rulo de plástico de un metro sesenta de altura, más o menos,
- Arrastranos por el barro por debajo de unas cuerdas

y lo peor de todo,


- Saltar un muro de unos tres metros, supuestamente ayudándote de cuerdas, pero que en realidad nos ayudaron dos chicos muy majetes de la organización, sin cuya colaboración la cosa hubiera sido muuuucho más complicada.

¡Y llegamos!


¡Peor que en la mili! En la mili no hubo un sólo día que acabásemos de barro hasta las orejas, ni que corriésemos 10 km de obstáculos, subiendo y bajando lomas. Sí recuerdo que hiciéramos algún ejercicio de esos de arrastrarse por el suelo reptando, alguna carrerilla de 5 km, que dirigían los alférez, mientras que los sargentos se quedaban echando un pitillín en la cantina y poco más. Pero nada como esto...



Vamos, que si añaden un par de cosillas más a la carrera y te hacen llevar un cetme, el año que viene la incluyen en las pruebas de acceso a La Legión, por lo menos... ;=)