miércoles, 4 de julio de 2012

Por las montañas cántabras

Aunque había decidido hace dos semanas estar "a la sombra" durante un par de meses o tres, hay un sitio que cuando voy, no puedo resistir la tentación de llevarme las zapatillas para salir a correr. Se trata de un municipio en la comarca del Pas-Miera, en Cantabria, en donde mi amiga Cristina tiene una estupenda casa de campo, y vamos uno o dos fines de semana al año.

En ocasiones anteriores había hecho un recorrido de 12 km por la carretera y una vez intenté remontar los casi 14 km que restan hasta lo alto del Puerto del Escudo. Digo intenté, porque cuando llevaba unos 6km de subida iba que no podía con mi alma.

Pero esta vez iba con la mera intención de explorar la montaña; de correr mientras pudiera y caminar cuando no aguantara más las subidas. Y eso hice. 

Al final estuve hora y media de digamos, excursión, disfrutanto del paisaje y remontando cuestas interminables por una "carreteruca" por donde sólo te cruzabas con algún que otro caballo despistado. 

Como anécdota, cuando salía de la casa, Nora (mi perra salchicha), decidió venirse de excursión conmigo. Intenté disuadirla un par de veces sin ningún éxito y allá que se vino. "Tú sabrás lo que haces", pensé. Luego pude comprobar que más bien era lo que habría pensado la pobre bestia de haber tenido capacidad de razocinio, porque en todo el rato que anduvimos subiendo y bajando cuestas, se mantuvo mucho mejor que yo.



Y eso es todo de momento. 







martes, 12 de junio de 2012

Un ducross duro, duro, en Alcalá

Domingo por la mañana, Alcalá de Henares. Por suerte, parece que no va a hacer demasiado calor. Voy con mi amigo Fernando, que es la primera vez que viene a una de estas carreras y para debutar lleva el triciclo de Mamen... con las consecuentes miradas de flipe de la peña. Allí me encontré con María que me estuvo contando lo del 24 - 12 que va a hacer con unas amigas el día 30 de junio. Se trata de una prueba de 12 o 24 horas en las que participas por equipos, teniendo que estar uno del equipo siempre en el circuito. Ellas van a hacer el de 24 horas.


La carrera empieza en llano. Son 4,5 km por un parque adyacente al Decathlon de Alcalá de Henares. Desde el principio desisto de seguir a Fernando, que sale lanzado. Yo mantengo los primeros 3 km entre 5:00 y 5:15 y en el último kilómetro y medio bajo algo el ritmo, a unos 5:30, 5:40. La media que sale al final es de 5:30.

Y luego a pedalear. El trayecto va desde Alcalá de Henares hasta Los Santos de la Humosa.Comienzo llano, pero a partir del kilómetro 3 empieza una subidita de aupa.

Perfiles.

Empiezo a pasar a gente que se han bajado de la bici y suben con ésta a cuestas. No voy rápido, pero como se suele decir, despacito y buena letra. Es decir, que puedo aguantar sin problemas. Y primer repecho pasado sin bajarme de la bici. Algo de llano con alguna cuesta abajo y al poco rato otra pedazo de cuesta peor que la anterior.

Ahí, el número de personas con la bici a cuestas se acrecenta. Yo sigo a mi paso para arriba. Lento pero seguro. Voy pasando a un montón y de repente, cuando ya veo que queda poco, veo a lo lejos a Fernando que ha optado también por hacer ese particular viacrucis con bici a cuestas. Cuando estoy a su lado decido hacer una paradita. Estábamos casi arriba y pensé que así puedo echar un traguito y descansar un poco, que quieras que no, iba también rebentado.

Se me engancha el pie en el pedal y.... ¡zas! Piñazo. Llevo una rachita... Total que acabo en el suelo con la bici encima. Entre Fernando y otro tío me ayudan a levantarme. Le digo a Fernando que siga y cuando voy a subirme a la bici, la cadena se había quedado mal y .... joder, otra vez al suelo. Me vuelvo a levantar, pongo la cadena bien y para arriba. A lo tonto habré perdido 5 minutos o más. De hecho me pasaron muchos de los tíos que había dejado atrás.

Y llegamos a las bajadas. ¡De órdago! Vamos, tanto que ahí si que me bajé de la bici. No había huevos... con perdón. Me estaba esperando Fernando, que junto con otros cuantos bajaron también andando esos primeros tramos de descenso. Cuando la pista se ensanchaba un poco, ya nos montamos en las bicis y para abajo. Enfilamos una cuesta abajo de grava, en la que a la que derrapases algo, te la dabas, y que duraba como un par de kilómetros, y de ahí, ya por un camino de tierra, hasta el río Henares, por donde luego habría como otros dos kilómetros por un camino por el que sólo entraba una bici y que como te salieras podías acabar en el mismo río.

Y ya por fin llegamos a los boxes. Llego a la vez que Fernando, pero el tío sale lanzado. Vamos, tanto que me acabó sacando 2 minutos de ventaja en esos 2,5km de carrera final, en la que yo iba ya echando el bofe.

Nuestros tiempos:


                     Total              RUN1      PtoRUN1    BIKE        PtoBIKE      RUN2         PtoRUN2
María: ............01:37:17    00:22:08       341         01:00:30        389            00:14:39      321
Fernando: ......01:48:18    00:22:58       387         01:10:23        478            00:14:57      357
Yo:................. 01:49:39    00:24:48      466         01:08:34        470            00:16:18      430

Conclusión: se puede perder más tiempo en la parte de carrera si luego uno es bueno en la bici y sobre todo, si no te estampas y pierdes tiempo inútilmente.

Ya de vuelta le digo a Fernando _Ya verás como en cuanto lleguemos Javier dice eso de: "papá, a que has vuelto a perder".

Dicho y hecho. (Esa tarde se quedó sin jugar a la nintendo).

viernes, 1 de junio de 2012

¿Has vuelto a perder, Papá?


_¿Has vuelto a perder, Papá?
Así me recibía mi hijo de 7 años hace unos días tras haber participado en un ducross (una de esas carreras de 5 km corriendo, 15 o 20, según se tercie, en bici, y otros 2 o 2,5 corriendo para rematar).
_ "¡Cagoen...!" _pensé, al ver al enano jocosillo._Hombre, no he perdido, no he llegado el último _respondí.
_O sea, que no has ganado, ¿no?


Por los caminos de Valdetorres, volviendo de comprar el pan (en el momento en que Javier se raja y se baja de la bici)


Está claro que ya no me ve como al Capitán América, y que la educación que todos tenemos en cuanto a ganar o perder, viene desde nuestra más tierna infancia.
_ ¿Qué es eso de competir contra uno mismo o contra el tiempo?  Papá, no pongas excusas.
_Pues no, no he ganado, pero es que los que ganan son tíos que se dedican a esto a lo bestia… (me da que alguien se va a quedar castigado sin Nintendo DS otro mes).


La verdad es que desconozco el nivel de profesionalidad de la gente que participa en los ducrosses. En las carreras populares todos sabemos que hay un grupillo de élite contra el que nada hay que hacer, pero en otras competiciones, ni idea. Pienso que es simplemente gente aficionada con una forma física excepcional. Ni más, ni menos. Y claro, ante eso poco hay que hacer.


Está claro que somos amateurs y además, en mi caso con ciertos rasgos tortuguiles (más lento que el caballo del malo). Y con todo eso hay que enfrentarse y luchar. Con la limitación física proveniente de años de sedentarismo y fumeque; con la maldita edad, que año tras año va dejando alguna nueva marca en la cara o algún kilo de más, para recordarme que por mucho que corra, no me escapo del paso del tiempo; y sobre todo con las lesiones, que lentamente van haciendo mella en mis articulaciones, para que si en algún momento siento que voy ganando la partida a las dos anteriores, ésta me diga que, a fin de cuentas, soy un vulgar mortal, y que tan solo rozo la estela de los dioses en los míseros minutos (casi segundos), en los que bajo de 3’:50’’ haciendo series, mientras noto el viento en la cara y el corazón en la boca.

lunes, 28 de mayo de 2012

Triatlon Popular de Madrid


26 de mayo de 2012
Después de aparcar y recoger el dorsal, me encontré con mi amigo Pedro, que había convencido a toda la family para asistir al evento. Estuvimos un poco hablando, pero él salía sobre las 10:45 y yo tenía que esperar hasta las 11:30 (que luego sería un cuarto de hora más). Luego saludé a Eva, su mujer y luego me encontré con mi prima María, que había ido para verme y sacar unas cuantas fotitos. Gracias de nuevo, por cierto.

Cuando ya estoy al borde del lago y pienso que tengo que nadar 750m, me da una sensación de pereza horrible. Se lo comento al tipo que tengo al lado: “¡Qué perezón,  ¿verdad?”, pero el hombre estaba más animado que yo y me dice que bueno, que para él esa es la peor parte porque en realidad es corredor y que la bici y sobre todo la carrera a pie las llevaba muy bien. “Yo también  soy corredor”, me apresuré a explicar, y de repente, “piiiiiiii”, y empieza a tirarse todo el mundo al agua. ¡Qué perezón!, pienso por última vez y me lanzo. 





Voy tranquilo. De algo tuvieron que servir las travesías aquellas en las que me metí hace dos años. Saco la cabeza cada cinco o siete brazadas para no perder el rumbo e incluso empiezo a adelantar gente. Estupendo. Llego a la tercera boya y veo que ya no hay más. Que de ahí, ya va todo recto hasta el pantalán. Ese es el momento en que acelero un poco.

Salgo del agua. Voy por la alfombrita azul que ponen para llegar a los boxes y de repente veo a María con mi móvil saludando y a punto de hacer una foto. Me doy la vuelta, saludando con la mano, y…¡zás! Resbalón… ¡Vaya leche! Acabo en el suelo estampado y con el gemelo a punto de montarse… menos mal que al final se mantuvo bien. ¡Pero qué torpe! Pienso. Esto es lo típico que le pasaría a Phil Dunphy (de Modern Family). 



Y nada, cojo la bici y a sumar kilómetros. Son tres vueltas de 7 km y pico, sumando entre todas, un total de 23 km. Aquí la bici es fundamental. Está claro que con una de carretera ganas mucho tiempo. El caso es que la tarde anterior había ido a probar la de María, pero resultó que mis zapatillas de spinning tenían otro tipo de calas, con lo cual no me servían. Así que finalmente, tuve que hacerlo con mi bici de montaña, que no está mal, pero evidentemente, para estas cosas acaba resultando algo pesada y lenta. Debí de tardar una hora en hacer los 23 km. Se hace algo largo, sobre todo en la subida por el cerro Garabitas, que son unos 4 km cuesta arriba, aunque hay que reconocer que trascurren entre pinares, por una de las zonas más bonitas de Madrid.

 
Y por último, 5 kilometrillos corriendo. Dejé la bici en los boxes y salí a la carrera, al principio despacito, para adaptar las piernas de un ejercicio a otro. Primer kilómetro cuesta arriba y segundo kilómetro cuesta abajo. Luego el medio que completa la vuelta es llano. En la cuesta abajo pienso que es el momento de apretar, pero… ¡calambre! Se me carga el cuádriceps derecho y pienso en parar. Al detenerme, la sensación es que se me está contracturando más, y empiezo a estirarlo, pero sólo lo justito que me permitía la pierna, la cual empezaba también a quejarse del bíceps. Consigo que la cosa vuelva a su ser y pienso que quedan apenas 4 km y que puedo aguantarlos incluso con los músculos contracturados por completo. Y eso hago. No puedo ir tan rápido como me hubiera gustado, no por la contracturilla, que era lo de menos, sino porque voy agotado. Tan sólo en el último kilómetro y medio aceleré algo el paso, pero nada destacable. No iría más rápido de 5’:30’’ por kilómetro. Y por fin, la meta.


Las sensaciones en general buenas. Era mi primer Sprint Olímpico y la verdad es que me lo pasé bastante bien. En los siguientes espero mejorar algo la marca (todavía no oficial) de 2h 02’, que marcaba el crono a la llegada (la diferencia tampoco puede ser mucha).

lunes, 21 de mayo de 2012

Entre series y nados


En pocos días haré el Triatlón Popular de Madrid, en la modalidad de Sprint (750m a nado, 20 Km en bici y 5 km corriendo). Últimamente, me veía lento como nunca. En las últimas carreras que he hecho a duras penas he bajado de una hora en 10 Km, cuando hace dos años, bajaba de esa marca con absoluta facilidad. La cosa está clara: me he vuelto lento. Entre parones varios y que uno no deja de ser un paquete, en lugar de mejorar, voy marcha a atrás. A todo esto hay que sumar algunos kilos de más que me han cogido cariño.


Por eso, de unos días a esta parte, he incluido en los entrenamientos series de 3 minutos. Primero caliento unos 10 o 15 y luego, me lanzo a la carrera, como alma en pena perseguida por cien demonios, todo lo rápido que puedo para aguantar 3 minutos. Y la verdad, todo lo rápido que yo puedo no deja de ser irrisorio para cualquier semi-profesional y no digamos profesional en toda regla, porque mientras esos tipos aguantan por debajo de 3:30 durante 10, 20 o 42 kilómetros, yo aguanto a velocidades entre 4:00 y 4:20 esos 3 míseros, y a la vez eternos, minutos, para acabar después de cada serie echando el bofe. La segunda serie la hago un poco más holgado. Digamos entre 4:30 y 5:00 y, la verdad, se nota. Empiezo a notarme cómodo a esas velocidades. ¡Pero ojo! Sólo esos 3 minutos de muerte. Luego repito la secuencia. Otra serie mortal, seguida de otra algo más floja. Y por último, una más de propina para completar las 5.


En días alternos o corro a un ritmo suave o me voy a nadar. En natación  me pasa lo mismo. Nado siempre al mismo ritmo, o sea, lento. Hago también series, si bien, procuro que no coincida con el día después de haber hecho series corriendo, para no forzar demasiado el corazón. Empiezo con 20 largos (otros días sólo 12) de calentamiento suave y a continuación empiezo haciendo 5 series de 100 y si me quedan fuerzas, otras 10 de 50, completando así 60 largos, aunque hay días que a mitad de las series de 50 m estoy que no puedo y tengo que dejarlo. Con todo eso, voy contando lo que tardo, por ver si mejoro. Y nada. Nadando voy siempre a 2 min/100m en las series de 100, y por encima de esa distancia más lento (en torno a 2:10, 2:15, haciendo 40 largos). También es cierto que dedico mucho menos tiempo a nadar. Últimamente, apenas un día a la semana, por lo que tampoco es de esperar una notable mejoría, pero al menos me sirve para cambiar el asfalto por la piscina y el impacto en las piernas, por brazadas.

lunes, 14 de mayo de 2012

Ducross de Villanueva de la Cañada






Otro ducross. Esta vez con un calor sofocante que sólo se aplacaba un poco al inicio, al pasar por el bosque de pinos. 
Había quedado con María (a quien no me costó mucho convencer de volver a hacer otro ducross), y con Pedro (a mi izquierda en la foto de arriba). La prueba empezaba a las 11:00h y para esa hora debíamos estar rondando los 25 grados. Quizás más. Pero bueno, un día estupendo para hacer deporte al aire libre. 

Empezábamos corriendo 4,5 km por un bosque de pinos. Salí rápido (para lo que yo suelo correr); hice el primer kilómetro en 4:50, el segundo también algo por debajo de 5 minutos, pero en el tercero ya empecé a notar las cuestecitas, que tampoco eran muchas, salvo un tramo de unos 500m, y un repecho al final de nada, pero hay bajé algo la velocidad e hice ese kilómetro en 5:30. El cuarto en 5:40 y de ahí a los boxes quedaban 500m que corrí manteniendo la velocidad.

Luego seguía con 15 km en bici. Yo pensaba que eran 20 o algo más, así que cuando vi que terminaba antes de lo previsto pensé que debía haber ido más rápido de lo normal... luego vi que no, para mi desilusión. Ahí pasé a unos cuantos.  No muchos, la verdad. Además, había un grupillo de gente a los que pasaba; luego me volvían a pasar; luego les pasaba de nuevo... El recorrido no era demasiado técnico que digamos, por lo que tampoco pude ganar tiempo en las cuestas abajo con curvas que es uno  de los pocos sitios en donde puedo hacerlo, por eso de haberme pasado la niñez haciendo el cabra con mi antigua bicicross. Y por último acabas haciendo otro tramo  de 2.5 km corriendo por el mismo bosquecillo que al principio. Ahí volví a adelantar a unos cuantos tipos que iban más desfondados que yo.

Acabé con una sed horrible, y eso que llevaba el barrilito de agua de la bici hasta arriba, pero con el sol y el calor, se había recalentado y durante el trayecto, sólo me sirivió para no deshidratarme, pero no para quitarme la sed.

María terminó en 1:16:31'; Pedro en 1:15:03 y yo en 1:22:20.

(En cuanto publiquen nuevas fotos, las cuelgo por aquí). 

Y nada más. La próxima cita en dos semanas en el Triatlon Popular de Madrid. Este año me he apuntado al Sprint Olímpico (750m a nado, 23km en bici y 5km corriendo).

viernes, 27 de abril de 2012

Barefoot running (o correr descalzo)


Leyendo el libro de Christopher McDougall me he topado con los pioneros en eso de barefoot o correr descalzo. Uno de ellos es “Ted Descalzo”,  cuyo nombre suena mejor en inglés, como “Barefoot Ted”. La idea de Ted y de sus seguidores es que estamos diseñados para correr descalzos y que cualquier otra cosa, lo que hace es añadir focos de lesiones a nuestro mecanismo. Pero, ¿qué habrá de cierto en esto? ¿No sería la panacea para todos los corredores? Por un lado, nos ahorraríamos una pasta en zapatillas (*), y por otro, adiós a las temidas lesiones.


La idea no me parece mala, y obviamente, tiene una buena base. La cuestión es que cuando corremos con zapatillas acolchadas, tendemos a talonear, sobre todo los corredores paquete, como yo, que no tenemos la más mínima noción de técnica de carrera. Y como paquetes que no pertenecemos a ningún club de atletismo, en donde un entrenador nos depure la técnica, resulta que somos la mayoría, el resultado inmediato es que cada año hay millones de lesionados por esto del correr. Un gasto más para nuestra jodida crisis.