Hace unos días contaba como había acabado el año corriendo la San Silvestre más mal que bien. A la vuelta del esquí los dolores musculares han ido cesando, si bien, por la noche me da algo la lata la dichosa caderita, pero nada inaguntable.
Pero para no volver a caer por n-ésima vez en el mismo error, esta vez he dejado el running aparcado hasta que tenga esto bien del todo, como cuando paré en verano. Si bien, para no perder forma física, sigo con mis entrenamientos cruzados: natación y spinning. En el primero procuro hacer series de esas que llego con el corazón en la boca, y en el segundo, directamente voy con el corazón en la boca.
Así, de momento, la cosa va quedando como sigue:
Se puede ver que la semana del 16 sólo hago algo de deporte el domingo, porque estuve lo que se dice "petao" de curro y como suelo ir a medio día al gimnasio, pues nada. Una semana de relax, que nunca está de más.
Eso sí, el día de la bici, me marqué 28 kilómetros campestres entre Valdetorres y Talamanca, buscando un hipotético puente sobre el Jarama.