Leyendo el libro de Christopher
McDougall me he topado con los pioneros en eso de barefoot o correr descalzo.
Uno de ellos es “Ted Descalzo”, cuyo
nombre suena mejor en inglés, como “Barefoot Ted”. La idea de Ted y de sus
seguidores es que estamos diseñados para correr descalzos y que cualquier otra
cosa, lo que hace es añadir focos de lesiones a nuestro mecanismo. Pero, ¿qué
habrá de cierto en esto? ¿No sería la panacea para todos los corredores? Por un
lado, nos ahorraríamos una pasta en zapatillas (*), y por otro, adiós a las
temidas lesiones.
La idea no me parece mala, y
obviamente, tiene una buena base. La cuestión es que cuando corremos con
zapatillas acolchadas, tendemos a talonear, sobre todo los corredores paquete,
como yo, que no tenemos la más mínima noción de técnica de carrera. Y como
paquetes que no pertenecemos a ningún club de atletismo, en donde un entrenador
nos depure la técnica, resulta que somos la mayoría, el resultado inmediato es
que cada año hay millones de lesionados por esto del correr. Un gasto más para
nuestra jodida crisis.