viernes, 27 de abril de 2012

Barefoot running (o correr descalzo)


Leyendo el libro de Christopher McDougall me he topado con los pioneros en eso de barefoot o correr descalzo. Uno de ellos es “Ted Descalzo”,  cuyo nombre suena mejor en inglés, como “Barefoot Ted”. La idea de Ted y de sus seguidores es que estamos diseñados para correr descalzos y que cualquier otra cosa, lo que hace es añadir focos de lesiones a nuestro mecanismo. Pero, ¿qué habrá de cierto en esto? ¿No sería la panacea para todos los corredores? Por un lado, nos ahorraríamos una pasta en zapatillas (*), y por otro, adiós a las temidas lesiones.


La idea no me parece mala, y obviamente, tiene una buena base. La cuestión es que cuando corremos con zapatillas acolchadas, tendemos a talonear, sobre todo los corredores paquete, como yo, que no tenemos la más mínima noción de técnica de carrera. Y como paquetes que no pertenecemos a ningún club de atletismo, en donde un entrenador nos depure la técnica, resulta que somos la mayoría, el resultado inmediato es que cada año hay millones de lesionados por esto del correr. Un gasto más para nuestra jodida crisis.

lunes, 23 de abril de 2012

10k de Madrid

22 de abril de 2012:

No estoy todavía para correr maratones. A duras penas acababa la Media de Madrid, veinte días antes, con una marca de 2h06’, es decir, a ritmo medio de 6 min/km. Así que para no perderme el ambiente de la Maratón, aproveché que se organiza una de 10 km que sale en paralelo a la grande hasta la calle Padre Damián, justo , en donde los maratonianos siguen hacia Alberto Alcocer, para luego retomar Castellana para arriba.

En ese punto, los diezmileros tiramos hacia el sur, dirección parque de El Retiro. Hasta ese punto había ido despacito, intentando no bajar de 5’:45’’ el kilómetro, pero justo al llegar a la Plaza de los Sagrados Corazones, nos encontramos con la cuesta de Concha Espina. Si, la misma de la salida de la San Silvestre. Ahí bajo el ritmo casi a 6’:30’’ animándome solamente con la vista de los corredores que bajaban de vuelta la susodicha cuesta. Y a partir de ese punto de inflexión, todo cuesta abajo.

jueves, 19 de abril de 2012

Adiós, Caballo Blanco



Todavía no habían encontrado el cuerpo de Caballo Blanco, desaparecido el 27 de marzo de 2012, cuando Mamen me trajo el libro de Christopher McDougall, de Nacidos para Correr, del cual Caballo es precisamente uno de los principales protagonistas.

Empecé a leerlo en seguida. El mismo día 31 de marzo, que era sábado, y que fue casualmente, el día que encontraron a Caballo. No tenía ni idea. Me enteraría de ello una semana y pico después. ¡Qué casualidad!

lunes, 16 de abril de 2012

Ducross de Villaviciosa de Odón

La mañana pintaba bastante bien, sobre todo después de las lluvias torrenciales del día anterior. Tras el habitual insomnio pre carrera, me levanté un cuarto de hora antes de lo previsto, desayuné, preparé lo que faltaba y listo. Hacia Villaviciosa.

Llegué sobrado de tiempo y mientras esperaba a María, fui preparando los dorsales. Luego estuvimos viendo los recorridos, calentando un poquillo, saludando a conocidos de María y a la salida.

Primero salían las mujeres y luego los hombres. Hubo como un desfase de 10 minutos o quizás algo más. El caso es que me quedé allí solo esperando, mientras aprovechaba para estirar un poco. Y... ¡a correr!

miércoles, 4 de abril de 2012

Llegando a la meta (Media Maratón de Madrid 2012)





Una mañana estupenda. Un poquillo fresca a primera hora pero soleada y con tintes de hacer un día maravilloso. Habíamos quedado a las 09.00h en el “quinto pino”, es decir, en el pedazo de pino que preside el Paseo de Coches del parque de El Retiro, se suponía que para calentar. Al final, lo único que calentamos fue la lengua, a base de hablar, pero bueno; lo normal. Yo, además, tengo la costumbre de calentar sobre la marcha. Si hago demasiado calentamiento al principio, salgo ya cansado.



Había pasado una noche de perros, nervioso perdido, como si me estuviera jugando revalidar el título mundial o algo así. No me entiendo a mí mismo. El caso es que sobre las cuatro de la madrugada Mamen se despertó y recuerdo que le dije que todavía no me había dormido. No sé qué demonios le pasa a mi sistema nervioso, pero debe creerse que voy a competir contra los keniatas o algo así.

Mi intención no era otra que la de acabar sin caminar, dentro de un tiempo medianamente aceptable.