La mañana pintaba bastante bien, sobre todo después de las lluvias torrenciales del día anterior. Tras el habitual insomnio pre carrera, me levanté un cuarto de hora antes de lo previsto, desayuné, preparé lo que faltaba y listo. Hacia Villaviciosa.
Llegué sobrado de tiempo y mientras esperaba a María, fui preparando los dorsales. Luego estuvimos viendo los recorridos, calentando un poquillo, saludando a conocidos de María y a la salida.
Primero salían las mujeres y luego los hombres. Hubo como un desfase de 10 minutos o quizás algo más. El caso es que me quedé allí solo esperando, mientras aprovechaba para estirar un poco. Y... ¡a correr!
Salgo bien. Pienso que mejor ir reservando, porque el perfil de la carrera es durillo. Son sólo 5 km. Comienza en cuesta abajo, pero luego, hay que subir, así que procuro no embalarme demasiado. Paso los dos primeros kilómetros en una media de 5:30 y voy más o menos bien. No me veo "sobrao", ni mucho menos, pero bueno, me anima la idea de que sólo me quedan 3 km. Intento mantener el ritmo, y salvo en algún tramo en la subida, más o menos lo hago.
Llego a los boxes, descuelgo la bici, me pongo el caso, echo un trago de agua y para adelante. La verdad es que se agradece la bicicleta. En este caso, al igual que la carrera a pie, el comienzo es cuesta abajo, con lo cual tengo tiempo de recuperarme. Me marco un ritmo, pongo una marcha larga y a pedalear. No sé si será por estar acostumbrado a ir en moto a todos lados, pero el hecho es que cuesta abajo empiezo a pasar muchos que me habían dejado atrás corriendo al principio de la carrera. También es cierto, que luego en llano algunos recuperaban terreno y me acababan pasando de nuevo.
En alguna cuesta abajo tengo que aminorar la marcha para no estrellarme. De hecho, estaban perfectamente señalizadas y había gente de apoyo, supongo que previendo que algún ciclista pudiera acabar estampado. Vamos un rato paralelos al río y, de repente, una pedazo cuesta en la que la gente tiene que coger la bici al hombro y subir, literalmentep por unas escaleras en la propia tierra. Una vez arriba queda un carrilito enano que como te salgas te vas al río de cabeza. Bueno... salgo de allí más o menos bien, y llego a una pedazo de cuesta en donde muchos han optado por bajarse de la bici. ¡Para arriba! Subo unos veinte metros y las piernas me dicen que no. Total que me bajo de la bici y tiro para arriba. En pocos metros llego arriba, me subo y tiro para alante. Muchos de los tipos que van conmigo a esa altura tienen pinta de ir al menos igual de perjudicados que yo. Miro a uno que va fatal. Jadeando, de lado a lado, literalmente hecho polvo. Y pienso: ¡Vaya pringao! Pero al momento me doy cuenta que él va delante y yo no le alcanzo... ¡Cagontó!
Unos cuantos kilómetros más. Alguna cuesta abajo, alguna para arriba en donde se aglutina la gente y ya se ve Villaviciosa a lo lejos. No queda nada. Un último repecho que me deja echando el bofe y listo. Allí estoy dejando la bici para echarme de nuevo a la carrera durante otros 2 km.
Como en las otras dos pruebas, empieza con algo de llano y luego cuesta abajo, que al final habrá que deshacer. Hasta ese punto voy bien, pero la cuesta arriba me mata. Me intento animar pensando que no queda nada, pero voy exhausto. Llego de nuevo al llano, y lo bueno que recupero rápidamente. Lo suficiente para pasar a tres contrincantes igual de perjudicados que yo. Y fin.
Resumen: salvo el hecho que supone dejar a Mamen colgada toda la mañana con los niños, sin otro plan alternativo (culpa mía por no haberlo previsto), la carrera, chulísima. Toda una experiencia.
Acabo en 1:42:10.
María en 1:35:49, quedando cuarta de su categoría.
(Cuando publiquen las fotos las subo)
Veo que la has "disfrutado" y a parte del cansancio logico, no leo ninguna molestia de las que has tenido últimamente, , eso es buena señal. Animo, que a los runners a cabezones no nos gana nadie. Saludos.
ResponderEliminarGracias chicos. A partir de ahora, voy a buscar más el divertirme con estas cosas.
ResponderEliminar